La startup sin comunicación
La sección Pesadilla en la Oficina es creada a partir de anécdotas e historias que son compartidas por colegas y profesionales en el desarrollo de software. Disfrutemos y sobre todo aprendamos de ellas.
Hace un tiempo me encontraba en búsqueda de trabajo. Si bien la empresa en donde estaba me daba retos, no eran los suficientes para alimentar mis deseos de programar y aprender. Mientras navegaba por LinkedIn un mensaje poco personalizado de reclutador apareció. Es sobre una startup de marketing que busca un nuevo desarrollador. Esto me pareció bueno, ya que me interesa mucho el tema del emprendimiento y accedí a reunirnos. A los pocos días, recibí la llamada y el reclutador fue muy amable. Incluso pensé que nunca me había tocado nadie mejor. Al platicar sobre las prestaciones fui muy claro: “Actualmente tengo home office y lo quiero conservar. Si la posición no tiene este beneficio, preferiría no participar”. A lo que el reclutador me calmó y me comunicó de manera clara que el proceso podía continuar. A mí me gusta ser claro, no me gusta que jueguen con mi tiempo y mucho menos jugar con el de los demás. Así que siempre notifico al reclutador este tipo de detalles o si me encuentro en otros procesos, por si tengo que retirarme o cancelar el reclutamiento.
Días después la startup se puso en contacto conmigo para una entrevista técnica telefónica en la que me cuentan cosas sobre lo que hacen: cloud, machine learning, big data, etc… y los detuve para preguntarles si ese proyecto ya incluía esa arquitectura o justo era una idea... Silencio. Hice un par de preguntas más: ¿Cómo se organiza todo el equipo si todos hacen home office? Silencio. Tienen home office, ¿verdad? 2 días. Este es el primer foco rojo que encontré. Para mí, el reclutamiento es una venta y nunca debes de mentir. Ni el reclutador, ni la empresa, ni el candidato.
La entrevista siguió y me contaron algo interesante respecto a lo que están haciendo con NodeJS, Java y C#. Colgamos y pocos minutos después, el reclutador me llama para comunicarme alegremente que la empresa quiere hacerme una nueva entrevista técnica en la que codificaré. Obviamente me encontraba molesto por las mentiras y los silencios del equipo y le conté al reclutador lo que pasó y vuelvo a decirle que sin home office, no podré continuar. Por segunda ocasión, el reclutador me calma y me comunica de manera clara que el proceso puede continuar ya que el CTO comentó que yo era un caso importante y me daría home office. Así que accedí a hacer la entrevista técnica. No había problema, el reclutador era comunicativo conmigo... lo que me di cuenta después es que la comunicación empresa-reclutador era prácticamente nula y cada uno seguía un objetivo distinto. Todo esto sin que yo me diera cuenta.
Después de una entrevista técnica cancelada por falta de información por parte del reclutador y de una prueba técnica satisfactoria el CTO platicó conmigo. Efectivamente, tendré home office, pero tendría que ir a capacitación 1 mes antes de tomarlo a lo que accedo. A los pocos días llega la carta propuesta, y no es nada de lo que platicaron en el ya un mes que llevo de proceso. Existe home office. Tres días al mes. ¿Capacitación? Claro, tres meses. Me molesté demasiado. Hable con el CTO educadamente y le comuniqué todo lo que estaba mal en la carta propuesta para solo recibir un: “Hable con la CEO y me dijo que esto es lo que te podemos dar”. Tuve que replicarle “Sí, pero llevamos un mes… ¿No pudiste hablar de las prestaciones antes de iniciar tu proceso? ¿Qué pasaría si solo tuviera esta propuesta? ¿Me tendría que acomodar contigo por la necesidad de un trabajo rápido? Me hicieron perder tiempo y lo perdieron ustedes. No tienen palabra ni comunicación". El CTO solo se limitó a decir: “Lo siento. ¿Si vas a firmar?” Colgué. A los minutos se comunicó el reclutador y le comenté todo lo que había pasado y le dije exactamente lo mismo que al CTO. El reclutador solo se limitó a decir: “Lo siento. ¿Si vas a firmar?” Colgué nuevamente.
¿Qué podemos aprender de esta experiencia?
Como candidato: Pon atención a los focos rojos. El proceso de reclutamiento es un ganar-ganar para todos. Debemos de quitarnos la idea que las entrevistas laborales solo son para ver si cuentas con el conocimiento. Tu deber como candidato, es ser sincero y verificar si cumples el perfil. Pero también debes de investigar a fondo si la empresa realmente cumple con lo que te está prometiendo o si es quien dice ser. Te recomendamos:
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Como reclutador ó empresa: No mientas por conseguir al candidato. Mantén una buena comunicación con todas las partes, se sincero con lo que haces y demuestra tu ética desde el principio del proceso de reclutamiento. Te recomendamos:
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Y por sobre todas las cosas, y para ambas partes: cumple con lo que prometes.